Hace más de tres siglos, el corsario canario Amaro Pargo navegaba por
el Atlántico en busca de nuevas rutas y tesoros ocultos. Una noche, una
tormenta misteriosa lo arrastró hasta un lugar del que pocos marineros
se atreven a hablar: la Isla de San Borondón, la isla errante, que aparece
y desaparece entre la bruma del océano.

Amaro y su tripulación quedaron atrapados en aquel lugar encantado,
lleno de secretos, enigmas y pruebas mágicas. Con ingenio y
esperanza, consiguió lanzar al mar una botella con un mensaje de
auxilio, esperando que algún día alguien la encontrara.

Siglos después, esa botella llega a nuestras manos en el primer día del
campamento. Dentro, el mensaje de Amaro nos pide ayuda:
"La isla nos retiene con sus encantamientos. Solo quienes superen las
pruebas del conocimiento, la amistad y el coraje podrán guiarnos de
regreso a casa."

Así comienza la travesía de Isla Aventura.